sábado, 26 de febrero de 2011

Un bonito soñar...;$

Y una noche más me deje llevar por mis sueños. Mis sueños esta vez se sitúan en las primeras semanas de Septiembre, yo cansada de no sentirle cerca me subí al bus imaginario de mis sueños rumbo hacia esa estación donde siempre me habían esperado ellas. Pero esta vez no eran ellas las que me esperaban con los brazos abiertos. Intrigada baje de ese bus por ver quien se hallaba ahí esperándome, mire a un lado y a otro de la estación y allí no había ninguna presencia de alguien conocido. Hasta que ocurrió, empece a sentir comos dos manos me tapaban los ojos y como una voz tierna llegaba a mis oídos diciendo un te amo my sweet princesa. Al girarme no sabía que hacer, si llorar o reír, solo pude abrazarme a el como una niña pequeña con miedo a lo desconocido, pero el calmo esa sensación con un beso que me llevo al mismo paraíso. Como buen príncipe se hizo cargo del pesado equipaje hasta el coche. Una vez dentro comenzó a decirme que me iba quedar dormida con lo cansada que estaba, pero yo le terqueaba que no, hasta que mis parpados se fueron cerrando poco a poco. Pronto el se dio cuenta de esto, y con suma delicadeza puso su chaqueta en mi para que no me destemplara, apartándome con una dulce caricia un mechón chocolate que se adueñaba de mi cara; dejando en mi frente un hermoso beso. Yo lo estaba sintiendo, pero no quería despertarme de este dulce dormir. Con otra suave caricia y diciendo al oído que ya habíamos llegado, pude sentir unos brazos fuertes que me llevaban al interior de su acogedora casa. Una vez dentro de ella, fuimos dejando un beso en cada rincón, y tan temprano era que me hizo la invitación de acostarnos en cama y descansar. Yo le acepte la invitación y con un dulce masaje me adormecí de nuevo, y fue un movimiento suyo el que hizo que me girara y buscara su pecho, para una vez encontrado apoyarme en el y ver que lo que estaba pasando era que por fin estábamos juntos y esta vez no era un sueño de nuestro subconsciente. Fue tan real que al despertar creía que tu estabas a mi lado, pero a mi lado solo había un hueco vacío por tu ausencia. Así fue, como con una leve y tierna sonrisa amanecí un nuevo día, haciendo memoria de tu amor, aquel que me hace fuerte día a día.



No hay comentarios:

Publicar un comentario